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lunes, 25 de marzo de 2013

Ignorancia

"La máxima expresión de la ignorancia es no saber lo que se sabe ni saber lo que no se sabe".

¿Sabe lo que sabe? ¿Sabe lo que no sabe?
Esta frase, de recentísima producción propia -no tiene ni media hora de vida-, da pie para sacarle algo de punta en el blog. Resulta sorprendente cómo afloran los pensamientos, en especial cuando no estás buceando en la mente con un propósito definido. Indudablemente, existirá una explicación al hecho de que, sin proponérmelo, esta frase haya tomado cuerpo mental y algo me haya impulsado a publicarla. Debo reconocer que, en principio, me causó buena impresión estética. En cierto modo era simétrica y abarcaba los dos componentes que definen el conocimiento absoluto, tomado en su expresión más amplia: «lo que se sabe» y «lo que no se sabe». A fin de cuentas, la forma también tiene su importancia. Nos movemos mucho por el impacto de la primera impresión. Y la publiqué en mi página, no sin hacer constar mis reservas. Después, al leerla en su ubicación, enmarcada fría e impúdicamente para la posteridad, a la vista de todos los que la visitan, le empecé a encontrar fondo. Y también cierta justificación. A eso voy.

Pienso que es muy dañino «no saber lo que no se sabe» y que esta condición está más extendida de lo que pudiera parecer. Los afectados por este mal acostumbran a hablar de cosas sobre las que no tienen ni idea, pero el hecho de estar realmente en la ignorancia les disculpa. Obran de buena fe. No saben lo que no saben.

Ahora bien, quien «sabe lo que no sabe» y habla sobre ello hace bueno el popular aforismo de "hablar por boca de ganso". Este no es un ignorante. Es otra cosa. Y diría que la epidemia está más generalizada que en el caso anterior. Reproduzco aquí una explicación del aforismo que suscribo y que nos viene al pelo. La fuente es Wikipedia:
"Hablar por boca de ganso equivale a repetir algo de cuya constancia se carece. Quien así habla suele hacerlo con pedantería, respaldándose en el conocimiento de algún otro. No verifica lo que ha oído, ni lo piensa, ni lo critica. Simplemente habla. Por boca de ganso" (Héctor Zimmerman, Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato).
En cambio, «saber lo que se sabe» es de lo más recomendable y gratificante, ya que nos evita pisar charcos y meternos en pantanos de arenas movedizas. Por poco que sea, uno debe saber lo que sabe. Conocerlo realmente. Y sentirse satisfecho de ello. Siempre se puede aprender más. En lugar de parecer un ganso, callaremos y extraeremos del conocimiento de los demás lo que realmente nos enriquezca. Es lógico, todo lo que no sabes es, en principio, apetecible. Lo más adecuado es escuchar y aprender. Destaco el hecho de que lo que se sabe debe primar sobre lo que no se sabe. Lo que se sabe -y su alcance- no debe admitir dudas, mientras que lo que no se sabe debe ser tomado con toda clase de reservas. Pero ante la duda, mejor no hablar de ello.

Para concluir, existe una tierra de nadie de conocimientos situada entre ambos extremos. Lo deseable, lo que deberíamos incorporar a nuestra ética es el convencimiento sincero, riguroso y absoluto de «lo que se sabe» y de «lo que no se sabe». Del primer grupo, hablar cuanto se quiera. Del segundo, callar y, sobre todo, escuchar. Y en tierra de nadie -la situación más frecuente-, hacerlo saber y preguntar. Y, por encima de todo, leer. Leer mucho.

Todo lo anterior se ha inspirado en la frase de generación espontánea. Evidentemente, ahora comprendo que no lo fue tanto. Era el resumen de mi posición y la suscribo plenamente. Espero que haya quedado justificada.

Una última puntualización: Ignorancia no es sinónimo de incompetencia. La ignorancia no es un demérito. Es un característica diferenciadora. Y mi sincera opinión es que va en aumento. Debe minimizarse, pero esto, lamentablemente, no está al alcance de todos. Y el sistema cada vez ayuda menos. O, según como se mire..., más.

1 comentario:

  1. Es impresionante como internet a multiplicado la difusión del conocimiento, aunque lamentablemente también ayuda a difundir el lenguaje de los gansos.
    Saludos.

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