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jueves, 30 de enero de 2014

La Broma Infinita

«Contra más lees, menos escribes. Pero esta obviedad no se debe al simple reparto aritmético del tiempo disponible, sino a la progresiva toma de conciencia sobre tus propias limitaciones».

¿DEBOLSILLO?... Será una broma ¿no?
Esta reflexión propia ilustra a la perfección las circunstancias que concurren en la decisión, en primer término, de volver a escribir –tras prácticamente un mes en el dique seco– y, en segundo término, en la elección del tema. Sucede que he terminado la lectura de la obra de David Foster Wallace que da título a esta entrada, lectura que, además de imposibilitar la escritura por la obvia incapacidad cerebral multitarea, me absorbió de tal forma que mi mente se negó a desconectar incluso en los momentos de no-lectura. Por lo tanto, liberado estoy, aunque no sin una fuerte resaca.

Y antes de que se disipen los vapores de la borrachera literaria que todavía sufro, ha creído que resultaría apropiado –intentar– registrar por escrito un resumen de la obra y de mis conclusiones, a modo de un destilado esencial y aromático, muy alejado de lo que se pudiera entender como crítica literaria al uso, desprovisto de toda subjetividad, en un intento –que antes de empezar ya califico de frustrado– de objetivar la obra y de esquivar mi opinión sobre ella, en parte por el lamentable hecho de que todavía no la he formado, ni creo que lo consiga.

Terminaré esta introducción adelantando la íntima relación entre la obra y la Calidad, la Excelencia y la Ética personal, relación que, espero, quede justificada al final del artículo.

Características físicas
  • 14 x 21 x 5,5 cm = 1,617 litros (1);
  • 1.208 páginas con caja de letra pequeña, aprox. 600 palabras por página, 720.000 palabras;
  • 388 notas numeradas, al final de la obra (2) ocupando 115 páginas;
  • Incontables subnotas, éstas letras –a, b, c...–, de dimensión tan diminuta que, fácilmente, pasan inadvertidas, resueltas ahora a pie de página de la nota madre (3);
  • 1.200 gramos de peso, gramaje aproximado: 34 gr/m2.
Importante: Se recomienda encarecidamente superar la incomodidad que representa el elevado peso y el reducido tipo de letra, la cual es despreciable comparada con la lectura en ebook y el martirio insufrible que representa el frecuente cambio de página (4), los marcadores y los constantes viajes de ida y vuelta entre texto y notas. Personalmente, me vi obligado a comprar el ladrillo físico y proceder con dos puntos de lectura tradicionales.

Estilo y estructura
  • En secciones descriptivas –no diálogos–, absoluto desprecio por los puntos (seguidos y aparte), configurando mastodónticas exposiciones con frecuentes saltos en el tiempo y en el espacio que exigen una atención desmesurada que no siempre consigue seguir el hilo;
  • Omnipresencia de acrónimos no siempre explicados –o así me lo parece–, tales como AFR: Assassins des Fauteils Roulants (sic); UHID: Unión de los Horrible e Inverosímilmente Deformes;  OSNE: Oficina de Servicios No Especificados –una especie de nueva CIA– u ONAN, no aclarado, pero que el lector debe imaginar significa Organización de Naciones de América del Norte (México, EEUU y Canadá);
  • Uso y abuso de motes (la Gran Pitonisa, la Oscuridad) y de referencias distintas para la misma persona (p.e., CT, C.T., C. Tavis, Charles T., Charles Tavis) en un patrón aleatorio impredecible y, habida cuenta de la coral, abrumadora y exagerada cantidad de protagonistas, fuente de permanente confusión, indudablemente voluntad del bromista autor;
  • Escamoteo de cualquier referencia temporal por el expeditivo método de darles nombre a los años (p.e. ARIAD: Año de la Ropa Interior de Adultos Depend), lo que, malévolamente combinado con las frecuentes digresiones y llamadas a notas, exige al lector un titánico esfuerzo para relacionar hechos, esfuerzo frecuentemente baldío;
  • Hasta la página 700 (aprox.) no se intuye –por lo menos, en mi caso– de qué va la cosa, cosa a la que apenas se hace referencia en el resto de la obra, incluyendo el inexistente desenlace al uso (5);
  • En multitud de ocasiones, las notas (algunas de diez páginas) tienen más contenido que el propio texto, lo que, reconozco, es de agradecer, salvedad hecha de que, en estos casos, llegas a olvidarte del motivo de la llamada y del porqué la estás leyendo;
  • No existe nada que pueda asimilarse a una estructura por capítulos.
Temas comunes (protagonistas)
  • Alienación infantil de «superdotados» (en la obra, promesas y alevines de tenistas suavemente depositados por sus progenitores en un internado) y sus consecuencias;
  • Crítica mordaz y despiadada de las instituciones de regeneración de adicciones (alcohol y drogas; genéricamente, «Sustancias»);
  • Normalización del «Entretenimiento» televisivo;
  • Mercantilización integral de la sociedad que llega hasta el patrocinio de los años;
  • Tratamiento irreverente del Ecologismo y de la Gestión de Residuos;
  • Esperpéntica visión de la política y de la incompetencia de los políticos y sus instituciones (OSNE);
  • Afortunado hallazgo del concepto «Reconfiguración Territorial», aplicable indistintamente a asociaciones (ONAN) o separaciones (independentismo québécois);
  • Cómica y estrafalaria imagen de los supra-nacionalismos (ONAN), de los nacionalismos (Canadá) y de los separatismos (Quebec), así como del terrorismo (AFR), resistencia o insurgencia asociados, fácilmente extrapolables a entornos geográficos más próximos;
  • Detallismo forense –en ocasiones, grotesco, incluso obsceno– en la descripción de minusvalías físicas o éticas;
  • Todos, absolutamente todos, los personajes –hasta los niños–, tienen un «lado oscuro». O muchos. Además, cuesta encontrar en ellos –yo no lo he conseguido– una virtud, faceta o condición positiva respecto a la moral al uso. La panoplia de incompetencias, maldades, debilidades, lacras y vicios materiales o espirituales es tan extensa, que EMMHO (6) se erige en la verdadera protagonista de la obra.
Impacto en el lector
  • Montaña rusa que te lleva sin solución de continuidad desde las más altas crestas de banalidad, hilaridad y sorpresa hasta los profundos y deprimentes abismos de la miseria humana más mísera;
  • Profunda admiración por el rico, culto, extenso, apropiado e ingenioso uso del vocabulario, sus excepcionales –por escasas y eruditas– digresiones filosóficas o científicas y la facilidad para hilar mega-extensas oraciones que dejan al lector –literalmente– sin respiración;
  • Extensivo conocimiento de las técnicas del tenis y del entrenamiento deportivo de élite en sus aspectos físico y mental;
  • Doctorado en narcóticos, tranquilizantes, ansiolíticos y sus denominaciones «de calle» y farmacológicas, incluidas sus presentaciones comerciales;
  • Por encima de la caótica incoherencia –indudablemente voluntaria– de la obra, no decae el interés por seguir leyendo. Esto me ha parecido especialmente sorprendente.
Conclusión
No sé si me ha gustado o no. Y, probablemente, no lo sabré nunca. Pero creo que vale la pena leerla. Es toda una experiencia, una Broma Infinita que hay que tomarse con deportividad y que un amante de la lectura no debería perderse. Respecto al objeto del blog, a la obra no se le puede negar su Calidad y Excelencia (me guste o no, cumple mis requisitos y expectativas, que no iban más allá de pasar un buen rato leyendo). Y respecto a la Ética, con NO SEGUIR el ejemplo de los personajes, será suficiente. Su trayectoria vital, de la que algunos –pocos– reniegan abiertamente (7), podría ser buena para ellos, pero no para nosotros.

Y tampoco conviene olvidar que David Foster Wallace se suicidó. Terminaré con dos frases extraídas del libro –la verdad es que no he conseguido sacar más– que pueden ser consideradas como premonitorias:

 «La verdad es lo que te hará libre. Pero no hasta que haya acabado contigo».

«Una persona en que la invisible agonía de Ello alcanza cierto nivel insufrible se mata del mismo modo que una persona atrapada salta en algún momento para escapar de las llamas. Se tiene que haber estado personalmente atrapado por las llamas para comprender ese terror muy superior al de la caída».

Con toda seguridad, DFW estuvo «personalmente atrapado» por Ello. Así se comprende mejor su obra.

Notas:
1 - Edición en papel «de bolsillo» (ver foto): primera broma (ni me imagino la edición «chachi» en tapa dura).
2 - No a pie de página: broma particularmente molesta.
3 - Doy fe que he detectado –pocas– llamadas a subnota sin subnota y subnotas sin llamada. ¿otra broma?
4 - Con el tipo de letra que usualmente utilizo, hablamos de más de ¡3.000 páginas virtuales!
5 - Me ha transmitido la inevitable sensación de que se cansó de escribir.
6 - En Mi Muy Humilde Opinión.
7 - Esta es la única y sutil concesión a la ejemplaridad –en modo alguno preponderante– que subyace en la obra.