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viernes, 26 de junio de 2020

COVID-19. Alarmantes y alarmados

El domingo 29 de marzo vió la luz un artículo¹ cuyo título ⎯los que se lleva⎯ pretendía centrar la atención en los afectados de forma irreversible por la pandemia, los que se habían ido para no volver. La justificación detallada del artículo figura en la introducción del mismo, pero quizá sea más que apropiado reconocer aquí y ahora que el detonante fue, más que la preocupación moral por ellos y las deplorables circunstancias de su partida, la escasez y mala calidad de la información suministrada por las autoridades. Alguien podría decir, y probablemente no andaria desencaminado, que en aquel momento me movía más una cuestión formal y hasta estética, que una preocupación real por el fondo del problema, si es que esto es ⎯o era⎯ algo tangible o identificable. Así empezó un artículo cuya escritura se ha prolongado durante 85 días y que llegó a su fin el lunes 22 de junio con la finalización del Estado de Alarma.
Y a lo largo de estos 85 días me he dedicado a registrar bajo mi estricto y personal punto de vista (con toda seguridad deformado por mi formación académica y profesional) el chirrido de los goznes de las puertas de la información suministrada por nuestras autoridades y he podido constatar que chirriaban mucho. Y reformulando la frase, sustituyendo el vocablo "información" por su definición normativa², queda así: me he dedicado a registrar el chirrido de los goznes de las puertas de los "hechos sobre la COVID-19 que tienen significado". Y, bajo este específico punto de vista, el chirrido se ha debido fundamentalmente a la absoluta falta de significado de la práctica totalidad de la "información" suministrada, en especial la cuantitativa relacionada con los fallecidos, patentizada principalmente en la persistente tozudez en la caótica presentación de cifras absolutas y en la probablemente interesada ausencia del "discurso oficial" del indicador maestro relativo a la población que nos sitúa en el tercer puesto del pódium mundial (ver gráfico central).
Terminaré esta introducción con una firme declaración de apoliticismo absoluto en la critica destilada. No hay política en la presentación fría y objetiva de los hechos, sean lo que sean. Podría haber política en el sesgo, en el filtro, en la ocultación interesada, pero rechazo esto en mi caso. El objeto del artículo está claro desde el primer día. No pretende ser ni expresar la verdad absoluta. Es y expresa una sucesión de hechos alarmantes que he percibido y que me han alarmado. Nada más. Y así los he contado¹.

Alarmantes

Lo son los hechos siguientes y las personas que los han propiciado, por acción, omisión, interés, desidia, estulticia, incompetencia o, simplemente, ignorancia (el único exculpatorio).
  • Desconocimiento implícito del sexo y edad de muchos de los afectados;
  • Desconocimiento explícito de la fecha de defunción de numerosos fallecidos;
  • Aceptación resignada del efecto "fin de semana" como causa de incertidumbre;
  • Estrafalarios errores ortográficos ⎯por llamarlos de alguna forma⎯ en los informes (afortunadamente pocos: presidado, pocido);
  • Profusión de notas, pretendidamente aclaratorias, incomprensibles;
  • Frecuentes e inexplicados errores aritméticos;
  • Frecuentes inconsistencias en la comparación de días consecutivos;
  • Ocasionales e imposibles reducciones inexplicadas de acumulados;
  • Imaginativas y simplistas justificaciones verbales al desfase MoMo;
  • Sorpresivas e inexplicadas inversiones de tendencia en los datos de algunas CCAA;
  • Constantes llamadas a problemas de "validación", "depuración",  etc. de las CCAAs;
  • Inexplicados saltos abruptos de fallecidos (+688 el 22-05, -1.918 el 25-05);
  • Ilustrativo frenazo del gráfico del Financial Times justificado por esta nota de precisión casi quirúrgica: "Los datos de España publicados después del 25 de mayo ya no son fácilmente comparables a sus cifras anteriores, y ya no se incluyen aquí después de esa fecha" (caso único mundial que se muestra en el tercer gráfico, fechado hoy);
  • Recurso frecuente a los guiones ("-") en sustitución de datos numéricos impresentables.
  • Peculiar léxico, giros gramaticales y mezcolanza de discurso lego-técnico, pretendidamente didáctico, del portavoz del Ministerio de Sanidad;
  • Desaparición inexplicada de Tablas como la de "grupos de edad y sexo con información disponible";
  • Recurrentes promesas de actualización semanal de la serie histórica repetidamente incumplidas (hasta hoy, por lo menos);
  • Estupefaciente afirmación a 28-05 del portavoz de que "los datos son cada día de mejor calidad... " y que "llegan más rápido y más a tiempo...";
  • Inopinado incremento de 13.000 nuevos fallecidos en MoMo el mismo día 28;
  • Inadecuadas, inoportunas y prescindibles afirmaciones del portavoz por las que conocer el cuánto y cuándo de los fallecidos "no es prioritario ahora" (29-05) o "no son el objetivo principal de la vigilancia" (02-06) o "una variabilidad de 13 fallecidos arriba, 13 fallecidos abajo...desde el punto de vista epidemiológico no es significativa" (05-06) o "unos días antes, unos días después, van a coincidir" (12-06);
  • Desconocimiento real o fingido de las causas de la discrepancia de las cifras oficiales con la OMS o el ECDC;
  • Reiterado recurso al falso argumento de que el informe oficial es fiel reflejo de los datos suministrados por las CCAAs cuando se parecen como un huevo a una castaña, recurso utilizado incluso por el presidente en su intervención dominical: "lo que hacemos diariamente en esta sala es dar la información sobre fallecidos que nos trasladan las CCAA" (07-06);
  • La reiterada, errónea e inaceptable ⎯tratándose de quien se trata⎯ referencia a la pandemia como epidemia por parte del portavoz de Sanidad (08-06);
  • Minoración simplista y falsa por parte del mismo portavoz de las cifras oficiales de fallecidos "desde el 11 de mayo" (10-06);
  • Respuesta peculiar, incalificable, personal e intransferible ⎯en el artículo la califiqué de "sonrojante"⎯ de la portavoz del Gobierno el 16-06. Como ya dije: "Hay que verla";
  • Desaparición inexplicada (17-06) del portal datos.gob.es del archivo agregados.csv con los datos de fallecidos, a fecha de hoy no restituido;
  • Incorporación del "redondeo" a las cifras de fallecidos comunicadas en intervenciones oficiales (17-06, presidente: 27.000; 19-06, portavoz: 12, 13.000 exceso MoMo; 20-6, presidente: 28.000);
  • Incumplimiento flagrante de la promesa más explícita: "Las series se corrigen hoy y estarán disponibles, entiendo que esta misma tarde, para todo el mundo" (19-06);
  • Bochornoso aspecto del gráfico publicado por ourworldindata.org con fuente en el ECDC (primer gráfico);
  • Aparición en el informe oficial de un nuevo gráfico de barras de fallecidos diarios, sustituto descafeinado de la desaparecida y falsamente prometida actualización de la serie histórica (19-06);
  • La declaración de finalización del Estado de Alarma por parte del presidente;
  • Los siguientes gráficos (cómo nos ven), citados anteriormente:



Alarmados

Yo, y no sé cuántos más. Alarmado por haber tenido que conocer y sufrir esta concatenación de hechos de difícil digestión bajo criterios estrictamente técnicos o racionales. Alarmado por la autoridad³  ⎯en todas las acepciones mostradas⎯ que puedan ejercer autoridades que difunden o toleran tamañas inconsistencias y errores. Alarmado por mantener en los informes oficiales información errónea a sabiendas, tema fácilmente resoluble, por ejemplo, con su eliminación temporal (justificada, por supuesto). Alarmado por el desconocimiento aparente o real ⎯poco importa, la verdad⎯ de las cifras oficiales publicadas o de los informes OMS o ECDC. Alarmado por el tratamiento condescendiente y simplificador trufado frecuentemente de nebulosas y complejas explicaciones pretendidamente clarificadoras exhibido en las ruedas de prensa citadas. Alarmado, en fin, porque esta alarma personal no sea masiva. 

Y retomando, para terminar, el objeto del blog, alarmado por la escasa calidad y nula excelencia de la información relacionada con los fallecidos por la COVID-19, los cuales, sin duda, se merecían algo más. Y como la información la suministran las personas, quedan incluidas en el demérito.

NOTAS
  1. Enlace al artículo COVID-19. Los que se lleva.
  2. datos:  hechos sobre un objeto; informacióndatos que poseen significado. (3.8.1, 2 ISO 9000: 2015).
  3. autoridad: 1. f. Poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho. 2. f. Potestad, facultad, legitimidad. 3. f. Prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia. 4. f. Persona que ejerce o posee cualquier clase de autoridad. 5. f. Solemnidad, aparato (R.A.E.).

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