Si visita este blog por PRIMERA VEZ, le recomendamos leer EN PRIMER LUGAR Empezando por el principio.


viernes, 18 de mayo de 2012

Qué hacer, Cómo hacer

Ha llegado el momento de ponernos trascendentes y preguntarnos por nuestra función en la vida. Lo que introduce un nuevo término en el blog: ¿qué significa función?

“Función es el efecto de un producto o de uno de sus componentes”(1)

Traduzcamos esta definición (propia del ámbito empresarial) al ámbito personal, sustituyendo “producto” por “resultado de un proceso” y “proceso” por “secuencia de actividades”:

“Función es el efecto causado por nuestras actividades”

Para Aristóteles todos los seres naturales (incluidos los humanos) tienden a cumplir la función que les es propia y están orientados a realizar completamente sus potencialidades. El bien, que es lo mismo que la perfección de un ser o la realización de sus capacidades, es cumplir su función propia, aquello que solo él puede realizar. Y añadimos que, en el ser humano, la excelencia, se consigue cuando coincide lo que se puede (nuestra capacidad) con lo que se quiere (nuestros deseos) y, además, se hace. Esto es la auténtica excelencia (probablemente, inalcanzable).

Se entra aquí en un terreno espinoso en el que entran en juego conceptos tan dispares como nuestras capacidades personales, el conocimiento y aceptación de nuestras limitaciones, las oportunidades que se nos brindan, la responsabilidad social, derechos personales y deberes frente a los demás, etc. En suma, un cóctel que puede llegar a indigestarse. Y el resultado de este cóctel, convenientemente agitado y diluído, es precisamente nuestra función en la vida: “lo que queremos hacer.

Conviene resaltar que esta definición es esencialmente dinámica (“hacer” es sinónimo de acción), en contraposición con la desgastada frase “lo que queremos ser, expresión estática y contemplativa habitualmente asociada con la autorrealización o la autoestima mal (o superficialmente) entendida.

De nosotros depende conseguir la fórmula (las proporciones adecuadas de los ingredientes) para establecer con realismo nuestras necesidades, ajustándolas a nuestras capacidades y oportunidades. En caso contrario, ni satisfacción ni felicidad. Sólo cosecharemos un memorial interminable de agravios e injusticias.

Repitamos: ¿Cual es nuestra función en la vida? “Lo que queremos hacer”.

Y resulta obvio que esta función se expresa mediante los compromisos adquiridos voluntariamente. Su cumplimiento y satisfacción es lo nos permitirá alcanzar (o aumentar) nuestra felicidad y la de nuestro entorno.

Pero además de saber “qué” hacer (lo que queremos hacer), debemos saber “cómo” hacerlo. Y aquí entramos en otro nivel de dificultad, porque las cosas pueden hacerse de muy distintas formas. Podemos decir que el mismo efecto (la misma función) puede ser producido por muchas causas.

Y, parecerá reiterativo, pero de nuevo podemos establecer correlaciones:

Qué hacer ↔ Cumplimiento ↔ Eficacia ↔ Calidad ↔ Satisfacción
Cómo hacer ↔ Cumplimiento ↔ Eficiencia ↔ Excelencia ↔ Felicidad

Esto conforma dos tipos de funciones íntimamente relacionadas:
  • Externas: son las que espera y percibe nuestro entorno. Establecen el “qué”. Esto es lo único que le interesa (el entorno es egoísta). Corresponden a los compromisos externos. Por ejemplo: Llevar a nuestros hijos al cine.
  • Internas: son las que debemos realizar para satisfacer las externas. Establecen el “cómo” (al entorno le importa un pimiento cómo lo hagamos). Corresponden a los compromisos internos. Por ejemplo: Terminando antes nuestras tareas para poder abandonar antes nuestro trabajo y poder llevar a nuestros hijos al cine.
Cerraremos el tema con una guinda filosófica. Nos vamos a olvidar del concepto absoluto aristotélico de la virtud (excelencia) y del bien y del mal. Sólo diremos que podemos definir la ética personal como el conjunto de nuestros compromisos(2) externos (el qué) e internos (el cómo). Este es nuestro bien y reitero que, si nuestros compromisos incluyen la felicidad de nuestro entorno, bienvenido sea nuestro egoísmo. La búsqueda y consecución a toda costa de nuestra felicidad será también la suya.

"No es feliz el que hace lo que quiere, sino el que quiere lo que hace” (anónimo)

NOTAS:
(1) Norma EN 1325-1 Vocabulario de la Gestión del Valor.
(2) Las funciones - los efectos que deseamos causar – que reconocemos como propias.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario