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miércoles, 2 de mayo de 2012

Ética personal

Respondamos a las preguntas que nos plantea el título de esta entrada: ¿qué es la ética?, ¿porqué el adjetivo?, ¿existe la ética colectiva?

El término ética proviene de la palabra griega ethos, que originariamente significaba "morada", "lugar donde se vive" y que, en la cultura latina, terminó por señalar el "carácter" o el "modo de ser" peculiar y adquirido de alguien; la costumbre (mos-moris: la moral). Fue Sócrates quien acuñó el término, referido a la ciencia que estudia el comportamiento humano.

Nada más alejado de nuestra intención que pontificar o sentar cátedra. En lugar de adentrarnos en el pantanoso terreno de la especulación, utilizaremos las dos asépticas definiciones del Diccionario de la Real Academia, la cuales suscribimos y comentamos:

“Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre”

“Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana”

De estas definiciones se desprende que, aunque estén íntimamente relacionados, y a menudo se confundan, los términos ética y moral no son sinónimos.

La moral es aquel conjunto de valores, principios, normas de conducta, prohibiciones, etc. de un colectivo que forma un sistema coherente dentro de una determinada época histórica y que sirve como modelo ideal de buena conducta socialmente aceptada y establecida. Añadiremos también que la moral es tremendamente dinámica y cambiante.

En cambio, la ética “se ocupa” (y se preocupa) de la moral, siendo personal e intransferible. Sea o no producto de una reflexión consciente, la ética personal representa siempre una elección, la cual puede estar (o no estar) alineada con la moral vigente. Por extensión, suele aplicarse el término a colectivos homogéneos empleando nombres genéricos (ética profesional, ética empresarial, ética política, ética médica, ética jurídica, etc.), los cuales expresan, en una perversión del término, el conjunto de normas (escritas o no) adecuadas a la moral que deben ser asumidas por los miembros del colectivo.

Por lo tanto, la ética colectiva no existe. Además, la ética personal no es buena ni mala. Es la que es. La que nos hemos dado. Al igual que la Excelencia, es un atributo binario: nuestro comportamiento “es o no es” ético. Corresponde al colectivo al que pertenecemos (sociedad, colegio de médicos, comunidad de propietarios, etc.) juzgar, a través de nuestros actos, si nuestra persona se comporta o no de forma ética (en el sentido de ajustarnos al modelo ideal de buena conducta).

Concluimos concretando que la ética personal la conforman nuestros compromisos. Los que hemos adquirido voluntariamente con nosotros mismos (compromisos internos) y con los demás (compromisos externos) y que su grado de cumplimiento determina nuestra Calidad personal y la forma en que los cumplimos, nuestra Excelencia.

Permítaseme, para asentar conceptos, una guinda de realismo: Si estamos engañando deliberadamente a "los demás", estaremos satisfechos internamente y la Calidad personal (desde el punto de vista del "sujeto") será máxima, aunque la opinión de "los demás" (si se aperciben) será muy negativa (pero al "sujeto" le puede importar un pimiento). Esta situación ejemplifica la diferencia entre ética y moral.

Con esta entrada finaliza el análisis del título del blog. A partir de aquí, entraremos en materia…

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