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lunes, 13 de agosto de 2012

Causalidad y Tiempos verbales

Se acostumbra a trivializar el concepto de causalidad con la socorrida frase 1) "toda causa produce un efecto" sin pararnos a pensar en el artículo indeterminado. Por si esto fuera poco, hay quien defiende que el artículo debería sustituirse por el posesivo, quedando así: 2) "toda causa produce su efecto", conclusión que establece una relación unívoca con la que, en principio, no estoy de acuerdo, a menos que especifiquemos el tiempo verbal desde el que hacemos esta afirmación. Los defensores a ultranza (es decir, sin matizaciones) de esta frase son partidarios de la escuela filosófica bautizada como "determinismo".

En cambio, yo prefiero invertir la proposición y formularla así: 3) "todo efecto tiene su causa". Y pienso que esta afirmación es unívoca e independiente del tiempo. Intentaré justificar esta convicción, evitando la indudable carga conceptual que subyace en el término, tanto desde el ámbito de la Ciencia como de la Filosofía, utilizando la imagen del chico saltador. Por lo tanto, la causa que analizamos es "el salto", la acción de "saltar por encima de un taburete". Esto significa que nos vamos a olvidar de la mecánica cuántica, de la incertidumbre, de los experimentos con gatos y de la mariposa que causa tornados en los antípodas.

1) "Toda causa produce UN efecto". La indeterminación indica que no sabemos si produce uno o muchos y la califico de cierta y atemporal. Expresada en estos estrictos términos, quiere decir que el salto del taburete "puede" provocar múltiples efectos en el niño. Y, antes de que se produzca, es imposible especular sobre ellos. Puede provocar, en el mejor de los casos, satisfacción por conseguirlo. Pero también se puede romper la nariz, un brazo o una pierna.

Esta reflexión me hace rechazar la causalidad "directa" o "inductiva", que proyectándose hacia el futuro, presenta un fuerte tufo a predicción. Esta causalidad la practican, entre otros, las pitonisas, los economistas y los políticos.

2) "Toda causa produce SU efecto". La considero válida únicamente cuando el efecto ya es conocido. Es decir, cuando el chico ya se ha roto la nariz. Podemos afirmar que la causa raíz (1) del estropicio reside en el salto del taburete. Las madres lo saben bien. También saben que, entre la rotura de la nariz y el momento previo al salto, pueden existir innumerables causas, las cuales, probablemente, quedarán sin determinar (poco impulso, resbalón previo, zapatos inadecuados, distancia inadecuada, suelo mojado, etc., etc.). Imaginemos la investigación de un accidente de aviación. Y con esta segunda frase, nos vamos a la tercera, a la que considero una simple variante, aunque más ajustada a la realidad.

3) "Todo efecto tiene su causa". Daremos por válidas todas las reflexiones dedicadas a la frase anterior, puntualizando que a esta forma de entender la causalidad la defino como "inversa " o "deductiva" porque se dirige hacia el pasado, implicando una investigación de los hechos consumados. Me gusta y la practicamos, entre otros, la policía y, con poco éxito, las comisiones del Senado.

Terminaremos con alguna reflexión sobre la importancia de conocer (investigar) las causas de los desaguisados. Equivocadamente, le concedemos más atención a los efectos que a las causas. Para preocuparnos de llevar al chico a Urgencias no se precisa demasiada sagacidad. Pero debemos conocer la causa. Si ignoramos que reside en saltar un taburete, difícilmente podremos intentar que nunca más se rompa la nariz por "saltar un taburete". Quizá se la romperá por otra causa, pero no por esa. Eliminar la causa es la única forma de evitar la recurrencia de un problema.

Como colofón, dedicado a rigurosos y detallistas (y a madres tolerantes), si hubiésemos "investigado" e identificado una causa intermedia entre el salto y el estropicio, en lugar de prohibirle saltar el taburete, prepararíamos el mejor entorno para el salto (suelo seco, zapatillas de salto, marcar la línea de salida, un buen bocadillo en el desayuno, etc.) y así facilitaríamos su autorealización y la ausencia de traumas futuros.

En resumen, frase propia:

"Desde el presente, no podemos conocer el efecto de una causa, pero sí podemos investigar la causa de un efecto"

1.- La causa raíz es la más alejada del efecto sobre la que tenemos control. Es decir, que la podemos eliminar.

2 comentarios:

  1. Es muy interesante el tratamiento que haces de la causalidad deductiva, y estoy completamente de acuerdo con él. Yo también considero este tipo de causalidad de los más importantes. Desde el presente podemos investigar con cierta coherencia y rigor las causas de efectos ya producidos, lo cual nos permitiría, por ejemplo, evitar la recurrencia de situaciones problemáticas. La causalidad deductiva es vital, por ejemplo, respecto del estudio de la Historia, pero hay que contar conque exige un total estudio desinteresado, desinteresado en el sentido de no tiznado por convicciones personales, matices ideológicos, etc., por parte del investigador, de lo contrario todo el manifiesto potencial que encierra el estudio de esta clase de causalidad se perderá.

    En cuando a la causalidad inductiva, es sin duda más difícil, porque nunca podemos estar seguros desde el presente de qué efectos tendrá una causa en el futuro. Debido a ello, por ejemplo, fallan con tanta frecuencia las predicciones económicas, etc. No obstante, la causalidad inductiva es válida en algunos sistemas, como por ejemplo el meteorológico. Las pautas que siguen los sistemas físicos son más regulares que las que siguen los sistemas humanos, donde la aleatoriedad y, por lo tanto, la dificultad de usar la causalidad inductiva, es mucho mayor.

    En cuanto a que toda causa produce "su" efecto, "su efecto" sólo puede ser determinado por la experiencia. La experiencia es una de las principales vías de aprendizaje humano. Aprendemos constantemente multitud de cosas a través del proceso ensayo-error. En el campo de la economía, por ejemplo, economistas y políticos sólo conocen y pueden conocer de los efectos de ciertas medidas económicas por la experiencia. Esas medidas son las causas, y en relación a cuáles son "sus" efectos, sólo la experiencia puede establecerlo. Este tipo de causalidad requiere necesariamente de la experiencia. Es usada frecuentemente, ya que para establecer la correlación entre determinadas causas y "sus" efectos necesitamos ineludiblemente de la experiencia. En educación, por ejemplo, a este tipo de causalidad se la llama investigación-acción, lo cual quiere decir que hay cierto tipo de hechos educativos que sólo pueden ser aprehendidos con fiabilidad a través de la acción, cuyo conocimiento no se sigue de la mera aplicación de ciertos principios teóricos.

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    1. Suscribo tus acertadas reflexiones, las cuales complementan y enriquecen este artículo, dándome pie a "exprimir" algún concepto. Tienes razón en tus apreciaciones respecto a la causalidad inductiva (la previsión del futuro), a lo que sólo añadiré que aquí es donde aparece la incertidumbre y, consecuentemente, el cálculo de probabilidades. Si ésto no se tiene en cuenta, es cuando nos encontramos con adivinos y pitonisas.
      Repito, de acuerdo en todo y gracias por la aportación.

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