Resumiendo, hemos dicho también que "Calidad es compromiso" y que la Excelencia está más allá de la Calidad. Podríamos definirla como la "metacalidad". Estos temas se desarrollaban en el artículo específico Calidad y Excelencia personal y, posteriormente, han ido apareciendo de forma recurrente a lo largo del blog hasta llegar a donde estamos ahora.
Pero de lo que nunca habíamos hablado era de la existencia de tres calidades. Se podrá argumentar que si no teníamos bastante con una. Resulta comprensible, pero tengo la esperanza de que al terminar el artículo habrá quedado desvelado el misterio.
Para visionar adecuadamente el gráfico, se recomienda no padecer miopía mental. |
Si "Calidad es compromiso", cada uno de los círculos representa distintos conjuntos de compromisos. A saber:
- La Calidad programada. Lo que has decidido dar. O lo que es lo mismo, tus compromisos contigo mismo y con el entorno. En definitiva, tu ética personal;
- La Calidad entregada. Lo que das realmente. Tu producción. Tus actos;
- La Calidad esperada. Lo que se espera de ti. Tanto tu entorno, como tú mismo. Los compromisos que a ambos les gustaría que fuesen asumidos como propios.
Comentemos brevemente las seis áreas:
- Compromisos inútiles: Te has comprometido a algo que ni cumples ni esperan de ti;
- Satisfacción personal inútil: Estás cumpliendo compromisos adquiridos que nadie espera;
- Esfuerzo inútil: Entregas algo que ni has asumido ni espera tu entorno;
- Ética amenazada: Estás cumpliendo necesidades o expectativas de tu entorno no asumidas;
- Entorno insatisfecho: No estás cumpliendo compromisos adquiridos y esperados;
- Zona Común: La potencial Excelencia.
Por lo tanto, no resulta difícil presumir de cierto nivel de Calidad. Pero hablar de Excelencia son palabras mayores. En nuestras manos está. Intentemos conseguirlo. Busquemos la Excelencia.
"La vida es como una obra de teatro: no es la duración sino la excelencia de los actores lo que importa" (Séneca)
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